
Casa Rubia y sus ordenanzas
Casa Rubia es una alquería dependiente de Casares de las Hurdes, situada a la orilla del río Hurdano, cuenta con unos veinte vecinos, anterior a 1970 tenían un Regidor que es el que se encargaba de llevar las cuentas de los arbitrios que se derivaban de sus pequeñas Ordenanzas, las que pasamos a enumerar, (estas eran independientes de los arbitrios municipales):
SUBASTA DE LA CAÑADA DEL GANADO.
Todos los años en una fecha que determinaban, se reunían los vecinos para subastar las cagalutas que cagaban las cabras en el trayecto que se denominaba, LA CAÑADA, las que barrían diariamente para recoger toda la basura de esta que luego llevarían a los huertos como abono para los olivos y las hortalizas.
Hubo un tiempo que también se subastaban los "boñicos" que cagaban las caballerías en los caminos, los cuales se iban recogiendo con una cesta los que se echaban en el corral de las caballerías para que se unieran con las hojas que se recogían de castaño, roble, helechos o a veces, cogollos de jara que se traían del campo para que estos se curtieran con el orín y el pisar del ganado, pues el que mejor abonaba mejores frutos cogían.
LA DUA DEL GANADO
El ganado cabrío, se guardaba a dua, que consistía a en que, cada vecino con arreglo al ganado que tenía, así tenia que guardar las cabras y estaba la cuota en cuatro cabezas por día, ( si tenías 12, 3 si tenías 16, 4 y así sucesivamente) los vecinos la noche anterior avisaba al siguiente diciéndole “ mañana te toca el ganado” y si esto no podía ir tendría que cambiarlo con otro, pero al ganado no le podía faltar el pastor. Por las mañanas cundo se sacaban las cabras, el pastor tenía que dar voces para anunciar la salida, se solían dar las voces en el camino nuevo que es donde oían todos los vecinos, la voz que se daba era: jue, jue jue, vamos sacarlas, si algún vecino se quedaba perezoso tendría que alcanzar el ganado para que el cabrero se hiciera cargo de ellas; los machos cabríos se tenían en pro indiviso y el perro del ganado también, con el dinero que se sacaba de la subasta de las cañadas es el que se destinaría para comprar los machos cabrios o otros menesteres como podía ser comprar un cántaro de vino para dar de beber el Martes de Carnaval, que por la mañana tenían que ir todos los vecinos a arreglar los caminos, (costumbre preciosa, ya que los caminos estaban limpios, cosa que no pasa hoy).
El municipio de Casares tenía alrededor de 1500 cabezas que se distribuían en siete pastorías: 1 Casa rubia, 2 La Huetre, 2 Casares, 1 Carabusino 1 Robledo .
Tani,28/10/03
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