Desde el Bar del Hostal Montesol, el día después de todos los Santos, acompañado de buenos amigos, decidí embarcarme en la tarea, ardua, de crear mi propio blog, harto de visitar blogs ajenos, y de observar lo chabacanos que son la mayoría de ellos. Quiero dejar aquí la impronta de un jurdano de pura cepa. Mi padre, Hermenegildo, apenas sabía leer en los encabezados de los periódicos. Yo, por lo menos, he conseguido tener un blog. Ahora es la moda digital la que manda. Tener un periódico personal, accesible a todo el mundo; poder dejar mis experiencias para que mis nietos puedan tomar nota y aprender de los conocimientos de su abuelo, es hoy una realidad y por ello no puedo menos que ponerme manos a la obra y mostrar aquello de lo que soy capaz.
Aquí encontraréis mis vivencias. Aquellas de cuando era niño. Las peripecias de mi mocedad. Los escándalos que nunca conté. Y sobre todo encontraréis algo aunténtico, si queréis distinto, de un hombre que empezó a estudiar las vocales a los once años.
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1 comentario:
Todavía me acuerdo de aquel dos de noviembre de 2007 en que me pediste que te ayudara a crear tu blog. La verdad es que te has esmerado y en estos cuatro años menos un mes superarse con creces la prueba de llenarlo de contenido. No queremos que tu ausencia signifique apagarse la luz, sino que seguiremos alumbrando con tus recuerdos las páginas que aún están por llenarse de este pequeño lugar donde se recoge una parte genuina de tu manera de ver las cosas, de sentir y de vivir.
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