"Las Hurdes tienen encanto, las hurdes tienen salero, las hurdes tienen lo bueno del mundo entero"
Se me ha ocurrido esta frase pero es cierto. Hoy día el turismo rural esta haciendo frente al de sol y playa. Zonas como Las Hurdes, mentienen la esencia de lo natural. El campanario de Casares también. El ayuntamiento ha remozado esta singular construcción y ha dejado a la vista el armazón de piedra y barro con el que fue construido. En las Hurdes se puede encontrar el sonido de la propia respiración. En los paseos por las sinuosas veredas uno se encuentra con el yo más profundo. De veras, que las Hurdes son un buen remedio para quienes quieran perderse, o cansarse recorriendo a pie valles y montañas. Son también un buen remedio para degustar los alimentos más naturales. En definitiva para reencontrarse con la madre naturaleza. Si vienes a las Hurdes, sé bien venido. En Casares de las Hurdes tendrás amigos.
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