MI MARCHA A SANTANDER
En 1957 un Cura que había en el pueblo llamado D. SEVERIANO ROSADO, el cual estaba de pensión en casa de la Sra. Josefa de tío Quico, como era el cura de la parroquia este nos hizo los papeles a mí, a Juanito de mi tío Hermenegildo, Alejandro de Agustín Roles, a Rafael de la Pila de las Heras y Alfredo el del Sacristán para que fuésemos a la Granja Escuela de Capataces Agrícolas de Heras de Santander, ya que había treinta plazas de aprendizaje para Capataces Agrícolas y otras treinta para tractoristas, así que marchamos camino de Santander, D. Severiano nos dio cien pesetas para que las gastáramos en su nombre, al llegar a Salamanca, como mi primo Olegario estaba haciendo la mili en Matacán en el aeropuerto, yo propuse que el recuerdo que mejor podíamos tener de D. Severiano era con los veinte duros que nos había dado alquilaríamos un taxi para ir a Matacán a ver a Olegario y así él nos enseñaría los aviones; lo hicimos así, cogimos un taxi que nos pedía veintidós duros, le dijimos que no teníamos más que veinte total, que nos llevó: por los veinte duro vimos a Olegario y a los aviones, regresamos en el taxi para coger el tren que nos llevaría a Santander. Llegamos a Santander, tuvimos que hacer trasbordo para ir hasta Astilleros, al día siguiente de llegar a la Granja Escuela fueron los ex meses, Rafael y Alfredo no pudieron examinarse por estar estos ya alistados para el servicio militar, nos examinamos los demás, Juanito aprobó para mecánico tractorista y Alejandro y yo para capataces agrícolas.
Rafael y Alfredo enseguida encontraron trabajo en Astilleros para trabajar en una cantera, a los dos días fueron a la Granja a vernos y nos dijeron que le pagaban siete duros al día a jornal y que si era a destajo se podían sacar trece o catorce duros, total que Alejandro se ilusionó y se marcho con ellos a trabajar, pasé un día más y se nos presenta en la Granja Alejandro y nos dice a Juan y a mí que no fuéramos tontos que nos marcháramos a trabajar, que para ser un tractorista no había que estar quinientos días que duraba el curso, que en los quinientos días se podía ganar muchas perras y que en menos tiempo podíamos sacar el carné y que podíamos ganar mucho dinero, total que nos ilusionó y nos salimos de la Escuela dejando en feo a D. Severiano.
Nos fuimos a la cantera que por cierto teníamos que estar colgados para hacer los agujeros para tirar los barrenos, y cargar camiones a pala, un trabajo muy duro, al poco tiempo de estar en la cantera nos salimos y entramos a trabajar con un empresario Asturiano haciendo un dique para cargar minerales al tren, este empresario nos daba los trabajos a tarea y había días que sacábamos tres jornales en un día haciendo zanjas de tierra, este empresario nos hizo unos pillines, hasta nos llevó al barrio chino, cuando terminamos de hacer el dique empezamos a trabajar en el muelle de Astilleros haciendo un dique para entrar los barcos a descargar, a mí me cogió un día un dedo la vagoneta me separé toda la carne del hueso me llevaron a Santander al hospital para coserme el dedo, estuve casi dos meses de baja tenia que ir todos los días desde Astilleros a Santander a curarme al hospital. Como el empresario no pagaba a la Seguridad Social, mas que el sueldo base, a mi solo me pagaban 32 pesetas por día y la patrona me costaba 35 pesetas, así que escribí a mi primo Urbano y este hizo una demanda para Magistratura la cual presenté‚, y el 22 de Abril a las diez horas de la mañana seria el juicio. Al enterarse el patrón por la notificación de Magistratura, me llamó y me dijo: que si cortaba el juicio que me pagaría igual que trabajando, total que acepté‚, con la condición que me tenia que dar el dinero por adelantado, este me insistía que cortara el juicio primero, yo le dije que "nanai", total que me pagó me parece que tres mil pesetas y yo corté el día 9 el juicio en Magistratura.
Yo como tenia que ir todos los días al hospital, me compré‚ una bicicleta y iba y venía en ella recogiendo en las paradas de Astilleros y Santander los billetes del autobús para que me los pagara, estos costaban 2'5 Ptas. por recorrido.
MI NUEVO TRABAJO EN UN TALLER MECÁNICO
El portero de astilleros de Astilleros Ángel Pinilla era un buen amigo mío y este consiguió meterme en un taller mecánico para aprender el oficio de mecánico electricista, llevaba un mes y pico en el taller, y recibo una carta de mi madre en la cual me decía, que sino me presentaba en casa que no los volviera a llamar padres ni que me volviera a acordar de ellos, ya que ni mandábamos dinero ni le ayudábamos. La carta se la escribió DA. Paula la maestra, yo al leer la carta y reconsiderarla se lo dije a mi primo Juan y no vinimos para casa, con una bicicleta cada uno y una chaqueta de ante como único valor de ahorro en Santander; Al llegar a Serradilla del Llano cogimos las bicicletas al hombro y camino de Casares ( pues fueron las primeras bicicletas que llegaron al pueblo) Juan y yo hechos todos unos artistas, desde Casa Rubia a la escuela todos los días echando carreras con la bici, como había muchas piedras cada dos días la bicicleta pinchada, así que venga traer cajas de parches de Ciudad Rodrigo para curar las ruedas, como que mi tío Hermenegildo dice a mi tía Consuelo: ¨ Sabes Consuelo que no vamos a ganar para parchís para la bicicleta de Juan ? Como coja una marra la hago polvos !.
Cuando estábamos en Santander casi todas las cartas que recibíamos de casa eran reivindicando dinero, nosotros contestábamos... es que me he comprado una camisa, es que me he comprado una chaqueta. Llegamos a recibir cartas en las que nos decían nuestros padres " a ver si os creéis que vamos a poner un comercio ".
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