VILLANCICO "MANOLITO CHIQUITO" CANTADO POR TANI Y MARISOL

PICAO CANTADO POR TANI. CASARES DE LAS HURDES.

TANI UN DIA ABURRIDO FABRICA CASTAÑUELAS

martes, 13 de noviembre de 2007

LAS MATANZA DE LOS CERDOS EN CASARES DE LAS HURDES



LA MATANZA

En los meses de Enero y Febrero de cada año, por regla general cada familia compraba dos o tres cerdos pequeños, estos los criaban a lo largo del año alimentándolos con los productos que cultivaban, remolacha, berzas, calabazas, patatas, y salvaos y tercerilla que traían de los molinos de Serradilla, cuando le faltaban dos o tres meses para su sacrificio solían recoger bellotas y castañas para rematarlos en su engorde, cuando se arrimaba el mes de Noviembre ya empezaban a prepara los avíos para la matanza, ( los avíos costaban de: comprar una machorra-"cabra vieja"- comprar las tripas el pimentón y las cuerdas para atar los chorizos, bujeros y morcillas, el día anterior al de matar la machorra solían ir a Serradilla a buscar el pan, ya que cada vecino hacia muchas morcilla de pan y calabaza con la grasa que apartaban del cerdo, el día de matar la machorra ya se juntaban las familias por la noche a cenar; después de la cena los hombres se ponían a migar los cinco o diez panes de dos Kg de peso (los que se solían migar en competición haber quien terminaba antes) y las calabazas, las mujeres solían pelar las cebollas y los ajos, también las mujeres solían esta noche, con las grasas o sebo de la machorra hacían las morcillas de quico (pan migado con sangre del chibarro o cabra que se mataba, sebo, cebolla orégano, y otras hiervas) que se comerían a lo largo de la matanza.
Después de dejar todo previsto para matar los cerdos al día siguiente, sobre la una de la madrugada se sobrecenaba, que consistía en comer el chorizo gordo de la matanza anterior y un trozo de la vejiga que se guardaba a lo largo de todo el año, una vez sobrecenado se bebía un traguito de aguardiente ya que esta no podía faltar en ninguna matanza y se decía: bueno pues hasta mañana, que no os quedéis dormidos que tenemos que matarlos temprano. (Los niños tenían que pasar en las horas de las comidas, a besar la mano a todos los mayores, al rededor de la mesa.
El día de la matanza, ósea al día siguiente de matar la machorra, se juntaban los mayores al ser de día para sacrificar a los cerdos, una vez muertos se pesaban ( lo que daría lugar luego para presumir haber quien los había criado más gordos) pues hasta los años sesenta había que pagar un impuesto al Ayuntamiento, que llegó a pagar 2 pesetas por Kg una vez muertos los cerdos se chamuscaban con carquesas y luego se deshacían presumiendo haber quien se ganaba el trago, ( el trago consistía el que no rompiera las tripas al deshacerlo. La mujer donde se realizaba la matanza salía con la botella del aguardiente y un plato de dulces e iba por los vecinos ofreciéndole el trago del aguardiente y un dulce; diciendo este, ¿ Qué, han pesado mucho? Y siempre se contestaba pues si diez, doce, o catorce arrobas, o le ha faltado un Kg para las treinta o cuarenta arrobas; se echaba el trago y se decía... pues que al año que viene tengas otra tanta, y que la disfrutéis con salud.
Una vez sacados los vientres a los cerdos, las mujeres de la matanza (menos la dueña y las vecinas se iban al río o al arroyo a lavar las tripas, mientras, la dueña de la matanza mandaba a los que estaban deshaciendo los cerdos, que le apartara las mollejas de las cabezas de los cerdos (las mollejas son las glándulas que tiene el cerdo en la papada de la cabeza) y esta las preparaba para las lavanderas, al mismo tiempo que le endulzaba una jarra de vino con miel caliente, ya que esta venían medias arrecias del río.
Los niños aparecían cuando se estaba chamuscando los cerdos y todos saltaban de contentos pidiendo que se les diera el rabo del cerdo para asarlo, pero se les decía, esperaros hasta que los subamos a la mesa mientras no se pueden cortar los rabos, (los días de la matanza los niños no queríamos ir a la escuela, a lo que conllevaba a pedir permiso al Sr. maestro, y en agradecimiento se le invitaba a que pasara a echar un trago y asar un cachito). Cuando las mujeres habían comido lo que le tenían preparado al ir a lavar las tripas ya, empezaban a meter prisa a los hombres que habían desecho los cerdos para que le apartaran las gorduras ( grasas del cerdo) para envolver y aderezar las morcillas, ya que aquí empezaba el trabajo para las mujeres, aderezaban las morcillas, con la calabaza y el pan migado de la noche anterior y por la tarde las embutían.
Los hombres cuando terminaban de picar la carne ya terminaban el trabajo de la matanza, para ellos hasta que llegaba la hora de colgar las morcillas y los chorizos, que solían colgarlos el dueño, los demás hombres se ponían a echar la partida de cartas a la brisca.
Una vez hechas y colgadas las morcillas decían: ! Hay que bailarlas para que no se pongan mohosas.
La cena, del día de la matanza, era súper extraordinaria: higos, nueces, dulces caseros, floretas con azúcar, etc. Los almuerzos, como plato mas frecuente, consistían: sopas de ajo, hígado de los cerdos guisado; al mediodía, el día de la matanza, se solía poner un plato de berzas o de repollo con un trozo de tocino de la barrigada del cerdo ( un cacho de la cinta se llamaba) el hueso del espinazo, y después carne guisada o asada de la machorra; por la noche un plato de castañas cocidas con leche de cabra o patatas con bacalao, luego carne del cerdo guisada y, cómo no, la morcilla de Quico a todas las horas.
Al día siguiente de matar los cerdos se llamaba el día de los chorizos, esa mañana no se madrugaba, se aparecía en la casa de la matanza, se bebía el trago de aguardiente, y se desayunaba un buen plato de limón o las sopas de ajo, pasando después a la probadura de los chorizos, ya que era cuando se pedía el parecer a ver si estaban en su punto o se le tenía que añadir algún condimento; si se le daba el visto bueno, las mujeres podían empezar a hacer los chorizos; los hombres, al terminar de almorzar decían: bueno,! Hasta la hora de la comida! Vamos a ver si cogemos unas lindes de aceitunas o voy a coger las de tal sitio ya que quedan solas allí o que fulano va a varear, ; Cuando se venía a comer siempre era un poco tarde ya que las mujeres terminaban tarde de hacer los chorizos, luego que se comía se jugaba una partida a la brisca y se decía esta tarde ya no vamos a ningún sitio así que asar un cacho que para hoy tenemos, mañana Dios dirá.
El día de los chorizos que era el día que se acababa la matanza, después de cenar se decía: bueno este año ya los matemos pero para el año que viene donde estarán; algunos decían pues yo, hasta que no pase marzo no vuelvo a comprar, otros decían pues yo tengo que comprar por lo menos uno ya que nos han quedado bastantes patatas y remolachas, y además ha quedado medio saco de cebada que le traje a los que he matado, ya que los últimos días se negaron a comer y según se le echaba el caldero de comida se le tenía que quitar, el caso que si encontrara uno un poquito campero lo podía poner de unos 50 o 60 kilos y para marzo lo mataba;Pues yo no, hace mucho frío y además que es un engorro para la mujer, todo el año con los calderos a peto, por lo menos que descanse estos dos o tres meses y luego otra cosa, que dicen que se están muriendo.
Había familias que se juntaban a la matanza cinco y seis familias y decían.. Yo todo el mes de matanza, como que ya las tengo aburridas.
En la actualidad de ahora ya se hacen menos matanzas, la gente ya le coge mas miedo a las grasas. En esta época de arrimado a los noventa la gente se tira mas al pescado y a la carne de cabrito y de cordero.. Antes lo que llenaba la casa era la matanza, pero excepto el chorizo gordo o la vejiga (o besiga)(estómago del cerdo lleno de cinta de lomo y tocino de la papada o cinta) que se guardaba para el próximo año solo solía durar hasta últimos de Mayo, luego la gente se salía a la siega para la provincia de Salamanca y la de Ávila con lo que reponían las economías de la casa, con el dinero de la siega se pagaban los cerdos que se compraban dos o tres meses antes, así como la compra de alguna caballería o algún huerto que se hubiera comprado, la temporada de la siega es la que solía pagar todo, y si la temporada salía mal a esperar el que tuviera que cobrar.
La mayor parte de los vecinos en los años cincuenta sesenta y cinco (1950-1965) pidió mucho dinero prestado en Serradilla del Llano y el Arroyo, así como en Atalaya, el cual se pagó bien caro, pues parte del aceite que se recogía había que darlo de intereses a los prestamistas.

En Casares las matanzas
eran todas muy mondongueras,
pero solo solían durar
El otoño y no más de primavera.
Al llegar las matanzas
toda la gente gozaba,
por que llenaba la bodega
A un que poco les durara.
Los frejones no faltaban
en la cena y la comida,
con un cacho de tocino
Y el trocito de tortilla.

Los jamones de los cerdos de la matanza en fresco, se cambiaban a cuenta de tocino a los chacineros de la Alberca daban tres o cuatro Kg de tocino por uno de jamón. A partir de 1970/75 no se volvió a vender ningún jamón, todos los vecinos los curaban y se los comían, por lo que los de la Alberca dejaron de venir a Casares para hacer estos intercambios.
Costumbre recopilada por TANI

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